Un Viajero, Un Árbol

¿Cómo lo hacemos?

Conocemos a estas pequeñas empresas durante nuestros viajes de prospección con la mochila cada año. Después de mil y una vueltas y patear toda la zona, elegimos la que creemos que funcionará mejor con nuestros grupos, por empatía, por compromiso y pasión en el tipo de viaje que hacemos.

No compramos viajes ni contactamos operadores en las ferias de turismo internacionales. Son contactos de campo, trabajo de campo en el que desarrollamos cambios, trainings y todo lo necesario para una relación larga y sostenible.

Con muchos de nuestros operadores la relación lleva muchísimos años y ahora son amigos además de socios. Trabajan en exclusiva con nosotros en España y nosotros con ellos en cada país, les diseñamos rutas y junto a ellos formamos un equipo que les permite vender el proyecto en otros países.

Haciendo memoria

Cuando hace más de treinta años empezamos a organizar las primeras rutas, fuimos conscientes del valor de la naturaleza que nos rodeaba. Nuestro objetivo era que nuestro trabajo sirviera para su conservación. Pronto entendimos la importancia del turismo ecológico como vehículo para generar una economía y una forma de vivir a la población local, y evitar la explotación de recursos que destruyeran el entorno, como la minería y la tala de bosques.

Desgraciadamente algunos de los bosques en donde dormimos entonces en el Amazonas ya no existen, y parte de los hielos por los que caminamos en Groenlandia se deshicieron para siempre, sin embargo, somos optimistas. La naturaleza tiene una capacidad de regeneración increíble y estamos convencidos de que aún es posible revertir la tendencia.